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12/02/2025
Fuente: telam
José Lorenzo supo destacarse como púgil y con la pelota en los pies en el sur del país. Actualmente trabaja en los talleres del Diario Crónica de Comodoro Rivadavia
>José Lorenzo nació en Santiago, pero a los cuatro años se mudó a Comodoro Rivadavia junto a su familia. Allí comenzó su vínculo con el deporte. Con los guantes en las manos batalló en la categoría wélter, hasta que tuvo su primera derrota. En ese momento decidió continuar en el deporte, pero con la pelota número 5 en los pies. Su carrera como púgil fue breve, pero destacada: registró un récord de 18 victorias y solo una derrota, convirtiéndose en un referente del pugilismo patagónico.
A pesar de haber abandonado el boxeo tras su primera derrota, José Lorenzo continuó ligado al deporte a través del fútbol barrial. Jugaba como defensor y se destacó en las ligas locales. Con los años, inculcó esa pasión en su familia. “Todos jugábamos al fútbol. Desde chiquito se le vieron condiciones”, recordó con orgullo sobre su nieto Ian en diálogo con La Opinión Austral. El deporte no solo fue una vocación para él, sino también un legado que transmitiría a su hijo Martín y, posteriormente, a su nieto.Desde hace 25 años, José Lorenzo trabaja en el taller del Diario Crónica de Comodoro Rivadavia, donde es uno de los encargados del armado. A pesar de su dedicación laboral, nunca perdió de vista el crecimiento de Ian en el fútbol. “Fue una alegría tremenda que lo llame la institución más grande…. en mi familia somos todos de River. Todos los abuelos, tíos, hermanos… Todos… hay dos o tres nomás de Boca”, contó entre risas.El apellido Subiabre se convirtió en sinónimo de deporte en Chubut. Martín Rodrigo, hijo de José Lorenzo y padre de Ian, también siguió una carrera futbolística destacada. Ascendió a la B Nacional con la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) y se convirtió en uno de los máximos ídolos de Huracán de Comodoro Rivadavia. Además, vistió las camisetas de Guillermo Brown de Puerto Madryn, Racing de Trelew y Deportivo Madryn, entre otros clubes de la región. Su trayectoria dejó una huella en el fútbol patagónico y sirvió de inspiración para su hijo Ian.Ian volvió a jugar temporalmente en la CAI. Sin embargo, su talento lo catapultó de regreso al club de Núñez tras un amistoso en el predio de la AFA, donde captó la atención de Pablo Aimar, entonces entrenador de la Sub 15. En 2020, se estableció definitivamente en Buenos Aires, dando inicio a su camino en el fútbol profesional.
Su crecimiento fue exponencial. En 2024, con 17 años, debutó en la Primera División de River, jugó la Copa Libertadores y fue una de las figuras de la Reserva campeona. Además, tuvo la oportunidad de representar a la selección chilena en dos amistosos, pero finalmente optó por vestir la camiseta de Argentina tras el llamado de Diego Placente. “Tengo descendencia chilena, hizo los trámites e iba a jugar ahí, pero lo convocó Placente y bueno… es argentino y eligió Argentina”, explicó José Lorenzo.Hoy, Ian Subiabre es una de las grandes promesas del fútbol argentino, una pieza clave en el equipo Sub 20 y pese a no jugar con regularidad en la Primera de River Plate ya es seguido de cerca por ojeadores de varios de los principales conjuntos de Europa, como Villarreal y Atlético de Madrid.
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