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12/12/2024
Fuente: telam
El sacerdote había recibido en 2018 una pena de 25 años de prisión por ser responsable de ataques sexuales en un seminario en Entre Ríos
>El papa Francisco expulsó del clero al prebístero José Justo Ilarraz, quien había sido Ilarraz tiene 65 años y cumple actualmente prisión domiciliaria en Paraná, la capital de Entre Ríos, con una tobillera electrónica, luego de que apelara la sentencia ante la Corte Suprema de Justicia. Todavía no hubo resolución del máximo tribunal.
“El Obispado de la Santísima Concepción de Tucumán, comunica que después de realizarse un Proceso administrativo Penal contra el Pbro. José Justo Ilarraz, incardinado en esta diócesis, por delitos contra el sexto mandamiento con menores de edad (m. pr. Sacramentorum sanctitatis tutela art. 6 §1, 1º), encomendado al Tribunal Interdiocesano Bonaerense, y luego de elevarse el Recurso del acusado al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, este organismo determinó a norma del art. 21 §1, 2º de SST, presentar el caso al Santo Padre quien ha dispuesto la expulsión del estado clerical del mencionado sacerdote”, expresa el comunicado que difundió la Diócesis de Concepción a través de su secretaría de Prensa.El artículo 6 que cita la Diócesis hace referencia a “el delito contra el sexto mandamiento del Decálogo cometido por un clérigo con un menor de 18 años. En este número se equipara al menor la persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón”.
Las acusaciones contra el sacerdote se conocieron en 2012, cuando el Arzobispado de Paraná denunció los abusos cometidos contra unos 50 menores de entre 12 y 14 años que habían empezado su carrera religiosa en el Seminario Mayor de dicha ciudad. Los casos ocurrieron entre 1984 y 1992, por lo que una de las discusiones que se plantearon a nivel judicial desde un primer momento fue si los hechos no habían prescripto como para que fueran juzgados. La investigación se extendió por 6 años.En su defensa, el acusado esgrimió que quienes lo habían denunciado -un total de siete ex seminaristas- lo habían actuado “por celos y envidia” y sus abogados pidieron el sobreseimiento. Ilarraz negó los hechos y sostuvo que se trataba de “una conspiración para manchar su imagen”.
El caso no sólo fue mencionado en una larga lista de hechos de abuso y encubrimiento dentro de la Iglesia Católica, sino que
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