Sábado 2 de Agosto de 2025

05/03/2025

El recuerdo de Adriana Brodsky a 37 años de la muerte de Alberto Olmedo: “Era la persona más respetuosa que conocí”

Fuente: telam

La actriz, que en la década del ‘80 protagonizó el sketch de El Manosanta en No toca Botón habló de su experiencia junto al capocómico. Cómo la afectó su muerte repentina

>“Los mejores recuerdos del Negro los tengo todos los días. No hay un solo día en el que la gente no me lo haga presente. Lo digo sin exagerar. En el edificio donde vivo, cuando salgo a la calle, cuando me tomo un taxi, cuando voy a hacer compras, cuando voy al banco, cuando hablo con mis amigos, cuando voy a los programas de televisión...No hay un solo lugar donde no me pregunten por él, así que siempre está en mi vida”, dice Adriana Brodsky en diálogo con Infobae. Alberto Olmedo murió de manera absurda el 5 de marzo de 1988, hace ya 37 años, cuando cayó del balcón del piso 11 del Maral 39 de Mar del Plata. Sin embargo, tanto el público como quienes tuvieron la suerte de conocerlo, lo siguen teniendo tan presente como entonces.

—No hice notas por años. Es muy personal, pero me daba la sensación de que no estaba bien hablar en ese momento. Me parecía que el mejor homenaje que le podía hacer a él, que ya estaba en el cielo, era mantenerme en silencio.

—Claro. Por eso después me la pasé hablando de él. Cada segundo de mi vida. ¿Mirá qué loco? Y me sigo emocionando cada vez que lo traigo a mi mente.

—Yo estaba haciendo temporada en Carlos Paz y, un día, sonó el teléfono y era Hugo Sofovich. Me dijo: “Adriana, estoy haciendo un sketch nuevo que voy a presentar en el programa. Se trata de un manosanta y tiene que haber una chica muy joven. Va a ser un personaje muy lindo y tenés que ser vos”. También me dijo que iba a ser el éxito del año. Y fijate que pasaron décadas y todavía seguimos hablando de esto...

—¿Usted aceptó enseguida?

—¿Qué edad tenía usted en ese momento?

—Yo tenía 32 años y el de la Bebota era un personaje demasiado juvenil para mi edad. ¿Pero viste que uno se produce? Y bueno, al aire aparentaba ser mucho más chica, pero no era ninguna niñita...

—No, para nada.

—¿Y cómo fue ese primer encuentro?

—¿O sea que era diferente al que conocía la gente?

—Yo creo que, en el fondo, era un poco de ese señor serio y otro poco de ese tipo alegre. Nadie tiene una sola personalidad, sino que tenemos diferentes versiones de nosotros mismos de acuerdo al lugar y al momento en que nos encontramos. Yo, por ejemplo, no soy la misma cuando estoy en un escenario que cuando estoy charlando con una amiga. Y me parece que el Negro tenía estas dos facetas.

—Sí, tal cual. Se transformaba en ese ser angelado que todos hemos adoptado y que hemos dejado entrar a nuestros hogares. Y lo digo así porque es lo que me dice el público constantemente: que han compartido muchas situaciones familiares con él y que lo extrañan.

—¿Llegaron a entablar una amistad fuera del ámbito de trabajo? ¿Eran de ir a comer o de compartir otros momentos?

—¿Y por qué?

—¿Nunca se sintió incómoda haciéndolo?

—Se entiende que no se puede juzgar el humor de hace casi cuatro décadas con la mirada de la sociedad actual...

—¿Cómo se enteró usted de la muerte de Alberto?

—¿Literal?

—¿Cómo siguió su vida después? Porque algunos estaban tan identificados con el Negro que les costó reinsertarse en el medio...

—¿Porque volvió a casarse y optó por dedicarse a su familia?

—Y después de tantos años, ¿qué le pasa cuando la gente se le acerca y le sigue recordando su personaje de la Bebota?

—Si tuviera que definir qué significó Olmedo y el Manosanta para usted, ¿qué diría?

—Un guiño que quedó para siempre...

Fuente: telam

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