Miércoles 15 de Enero de 2025

08/09/2024

Las dos tragedias que cambiaron la estrategia de la NASA para traer a los astronautas varados en el espacio

Fuente: telam

Las explosiones de los transbordadores espaciales Challenger y Columbia retumbaron en la cabeza de los directivos de la Agencia Espacial de EEUU a la hora de hacer regresar a los dos tripulantes de la cápsula Starliner de Boeing, que presentó varias fallas durante su vuelo fuera de la Tierra

>“El hombre que comete un error y no lo corrige, comete otro error mayor”, dijo el filósofo chino Confucio en el 470 A.C.

Conscientes de que una vez en su historia espacial y no hace mucho tiempo, cometieron un segundo error fatal que le costó la vida a 7 de sus astronautas, la NASA no quiso repetir las tragedias de los transbordadores espaciales Challenger de 1986 y Columbia en 2003.

Cabe recordar que el 28 de enero de 1986, el Los expertos precisaron que durante el lanzamiento de la misión STS-107, que era la número veintiocho del Columbia, una pieza de aislamiento de espuma se desprendió del tanque externo del transbordador espacial y golpeó el ala izquierda. Si bien en la mayoría de los lanzamientos anteriores del transbordador sucedieron daños menores por desprendimiento de esta espuma, algunos ingenieros sospecharon que el daño al Columbia era más grave, pero callaron.

Más de 20 años después de la explosión del Columbia, la NASA se encontró con un nuevo dilema en el espacio. Con una emergencia que siempre intentaron minimizar para afuera. Pero por dentro sabían que no podían volver a cometer un error con astronautas en el espacio, poniendo en riesgo sus vidas.

La NASA confió en 2014 a Boeing y a la empresa espacial Desde ese año, la NASA y la Agencia Espacial Europea dependían de las cápsulas rusas Suyoz para enviar sus astronautas a la Estación Espacial Internacional, que orbita la Tierra a 400 kilómetros de altura y tiene presencia humana ininterrumpida desde los 2000.

SpaceX tuvo lista su cápsula en 2018 y dos años más tarde hizo el primer vuelo tripulado. Pero Boeing demoró 4 años más para subir a dos astronautas en su viaje inaugural a la EEI. Eso ocurrió este 5 de junio último cuando los tripulantes de Starliner Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams, fueron lanzados. Pero la alegría del vuelo inaugural duró poco. Antes de atracar en la EEI, hubo fugas de helio y cinco de sus 28 propulsores fallaron.

La estadía de 8 días de los dos astronautas en el complejo orbital de repente pasó a ser de semanas. Y luego de meses. En agosto último la NASA determinó después de más de 1000 pruebas en el espacio y en simuladores en la Tierra, que no estaban establecidas las condiciones para un retorno seguro de los dos tripulantes en la cápsula de Boeing, lo que ocasionó fuertes discusiones entre los dueños del gigante aeronáutico y los directivos de la Agencia Espacial estadounidense.

“Esto ha afectado a la decisión que hoy ha tomado este grupo colectivo y todos los que participaron en la Revisión de la preparación para las pruebas de vuelo. Se trata de intentar cambiar la cultura que primero llevó a la pérdida del Challenger y luego a la pérdida del Columbia, donde no se estaban señalando los errores obvios”, resaltó Nelson.

Nelson precisó que los ingenieros que manifestaron inquietudes sobre los componentes y el lanzamiento en un clima muy frío fueron ignorados antes del lanzamiento del Challenger. En el caso del Columbia, varias personas dentro de la NASA presionaron para obtener fotografías del ala dañada en órbita, pero el reingreso se llevó a cabo sin más inspecciones.

“Desde entonces, la NASA ha trabajado mucho para crear una atmósfera en la que se anime a la gente a dar un paso adelante y decir lo que piensa, y creo que hoy es un buen ejemplo de ello”, afirmó el jefe de la NASA. Cuando más tarde se le preguntó si la política jugó un papel en la decisión de la NASA, Nelson volvió a citar los ejemplos de los casos del Challenger y el Columbia.

El administrador asociado de la NASA, Jim Free, indicó que se necesitaba más trabajo para comprender el problema con los propulsores de Starliner y afirmó que “hay incertidumbre sobre nuestra comprensión de la física que se desarrolla en los propulsores, pero aún tenemos trabajo por hacer”.

La cápsula Starliner de Boeing Después de tres meses en el espacio, en los que buscó en vano solucionar sus problemas técnicos para tener un buen retorno con sus dos astronautas, la nave aterrizó en solitario y ya es objeto de estudio de los expertos de Boeing.

Tras separarse suavemente de la EEI, la nave efectuó una secuencia programada de 12 encendidos cortos de propulsión que la lanzó lejos del complejo orbital, tal como estaba planeado, y llegó a la denominada “zona de seguridad” para después realizar otros encendidos sin problemas.

Steve Stich, directivo del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, expresó esta semana que las fugas de helio en la nave posiblemente están vinculadas a la corrosión de unos sellos. El experto defendió que durante la misión tripulada de prueba, llamada CFT (Crew Flight Test), muchas partes del vuelo transcurrieron muy bien y que no cree que sea necesario un nuevo diseño para el sistema de propulsores, pero sí una importante revisión sobre su funcionamiento.

“Aunque esto no haya sido como originalmente imaginamos la conclusión del vuelo de prueba, apoyamos la decisión de la NASA para Starliner, y estamos orgullosos de cómo nuestro equipo y nuestra nave espacial se desempeñaron a través de esta misión ajustada para regresar a casa de forma segura sin tripulación”, precisó Mark Nappi, vicepresidente y gerente del programa de tripulación comercial de Boeing, en un comunicado.

Los astronautas varados ahora deberán regresar a la Tierra recién en febrero, cuando culmine la misión espacial Crew-9 de SpaceX, que volará en las próximas semanas con dos astronautas y dos asientos libres para que ‘Butch’ y ‘Suni’ tengan espacio para regresar finalmente a la Tierra.

Fuente: telam

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