Domingo 20 de Julio de 2025

13/04/2024

Estuvo 30 años arrumbado en un taller y “revivió”: la leyenda del Trueno Naranja de Pairetti, el auto que “viajó del futuro” y fue campeón del TC

Fuente: telam

Fue el único Sport Prototipo consagrado en la popular categoría. Se armó en un equipo de Chevrolet y nació de las tragedias de su clásico rival. El secreto de su color. Dónde se guarda esta joya

Pairetti ganando con el Trueno Naranja en el Cabalén en 1968 (Archivo RTA)/>

Pairetti ganando con el Trueno Naranja en el Cabalén en 1968 (Archivo RTA)

En tanto que revela por qué se pintó de naranja: “El color naranja se debió a que a Steven le gustaban los McLaren y aparte también porque el primer avión supersónico, el Bell X1, estaba pintado de color naranja; hubo una asociación de velocidad con el color naranja, que era muy llamativo”.

Agrega que “el auto fue muy seguro. No tuvo ningún problema. La trompa y la cola se hicieron con las mismas matrices y eran de fibra de vidrio. Se moldaron una trompa y una cola, salvo que a la cola se le agregó el spoiler. También se ensanchó un poco la carrocería en la parte trasera por un tema aerodinámico, ya que las gomas eran más grandes para correr en autódromos”.

El motor estuvo a cargo del ingeniero Ricardo Joseph y junto a él estuvieron Jorge Pedersoli y Omar Wilke quienes trabajaban en General Motors en la planta de San Martín. Ambos luego trabajaron con Roberto José Mouras en otro coche legendario de Chevrolet, el 7 de Oro, el único que ganó seis carreras consecutivas en el TC. También atendieron los Dodge con los que el Toro de Carlos Casares fue tricampeón entre 1983 y 1985.

El debut del Trueno Naranja fue el 23 de junio de 1968, en las “250 millas de Buenos Aires” y Pairetti resultó el más veloz en la clasificación. En la carrera lideró hasta que se produjo la rotura del diferencial trasero. Sin embargo, en la siguiente carrera, el 14 de julio en Alta Gracia, Córdoba, Carlos logró su primera victoria con el Sport Prototipo y con la voz quebrada se la dedicó a la memoria de Oscar Cabalén.

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El Trueno Naranja entre otros prototipos, las Liebre de Torino y los Falcon Angostados. Nótese las diferentes formas de los autos. La imagen es de 1968 en el Autódromo de Buenos Aires (Gentileza Armando Contreras - Archivo CORSA)

Luego el Il Matto (apodo que le pusieron en Italia a Pairetti en su paso por la Fórmula 3), se impuso en Buenos Aires (29/09 y el 24/11) y se coronó campeón. En 1969 logró otros dos triunfos, otra vez en Buenos Aires (25/05) y en la Vuelta de San Nicolás (12/10). En 1970, Carlos firmó contrato con Ford, pero guardó el Trueno Naranja.

Pedro asevera que “el Trueno Naranja fue contundente porque tenía una aerodinámica muy buena y el chasis era rígido. Los prototipos Ford también eran muy buenos, pero el problema era que tenía los tanques de combustibles muy frágiles y si no hubiese tenido ese problema con seguridad habrían ganado el campeonato”.

Sobre Pairetti cuenta que “era un piloto muy rápido. Sobre todo, muy corajudo, por ejemplo en Rafaela era muy bueno porque andaba muy rápido. Quizá en los circuitos más trabados ganaba otro. En lo personal me pareció un tipo amable, pero él hablaba más con Steven”.

El éxito del auto llevó a que tuviera hermanos de otros colores como “el Trueno Blanco que lo compró Luis Rubén Di Palma, pero nunca lo corrió, y el Trueno Dorado, que lo compró Cacho Fangio”.

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El Trueno Naranja cruzando la meta. Pairetti logró cinco triunfos con el Sport Prototipo (Gentileza Alejandro de Brito)

¿Qué pasó con el Trueno Naranja? Eduardo Bouvier es un ex piloto y también tuvo su equipo de Fórmula Renault. Pero tuvo un paso esporádico en los Sport Prototipos, donde debutó con el ex auto de Pairetti y afirma que restauró el original. “Yo era amigo de Carlos y había ganado en la Fórmula Renault. Él agarró y me dijo ‘vos estás perdiendo el tiempo acá. Yo te voy a conseguir un auto que tengo’. Eso fue en 1970. Le compré a Pairetti el Trueno Naranja y corrí tres carreras en el Sport Prototipo, en Río Cuarto, San Juan y Buenos Aires. Después le corté el techo porque lo quería modernizar y empezaron a venir los autos de afuera. El coche se desarmó, íbamos a hacer otra carrocería nueva y el chasis nuevo, pero después volví a correr en la Fórmula Renault y el coche quedó parado”, le relata a este medio.

Bouvier es muy respetado en el ambiente y una vez retirado se dedicó de lleno a su taller mecánico en Luján, donde también restauran autos. “Pasaron más de 30 años y nosotros empezamos a armar el Trueno como podíamos. El techo, si bien lo había cortado, lo guardé. Tenía la parte de atrás y las puertas. Lo hacíamos despacito. Pero un día apareció Hugo Mazzacane (actual presidente de la Asociación Corredores Turismo Carretera), cuando hicieron la caravana a Mar del Plata (2011). Faltaban dos meses y yo tenía el auto desarmado. Me dijo ‘te voy a mandar a alguien para que te ayude con el motor’ y le dije que en realidad lo que faltaba era la trompa. En ese momento Pairetti hizo un Trueno que está en el museo de Fangio en Balcarce. Buscamos a la persona que le hizo la trompa y en diez días la hizo. Pero la trajo y no era ni parecida. Resulta que acá yo tenía una de los Sport Prototipos y mi hijo dijo ‘es bastante parecida al costado. Si buscamos a un plastiquero que venga se pueda hacer’. Trabajamos mañana, tarde y noche. El viernes lo pudimos terminar y el sábado a la mañana arrancaban de la avenida Corrientes y la 9 de Julio. Así que lo cargamos en el tráiler. El motor era nuevo y lo habíamos llevado a la rectificadora y llegó a Mar del Plata sin problemas. Entonces Mazzacane me dijo ‘¿para qué lo vas a dejar tirado? Tráelo al museo del Mouras y cuando lo quieras manejar te das unas vueltas”.

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El Trueno Naranja de Carlos Pairetti en primer plano en los festejos por los 85 años del TC realizado en el Teatro Colón en 2022

El coche puede verse en el Museo del TC ubicado detrás de los boxes en el Autódromo Roberto José Mouras de La Plata. Con la entrada a las carreras se puede visitar y el escenario ubicado en el kilómetro 49 de la Autovía Juan Manuel Fangio tiene actividad casi todos los fines de semana con competencias nacionales y zonales.

¿El Trueno Naranja fue el mejor auto que corrió Pairetti? En una entrevista con Infobae en 2019, el recordado ídolo respondió: “No, con ese auto logré el campeonato de TC, gané cinco carreras y era muy bueno. Pero el mejor auto que manejé fue la Ferrari 512 S con la que corrí los 1000 Kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires en 1971. Compartí la conducción con el español José María Juncadella y terminamos quintos. Ese coche hacía todo bien, frenaba que era un espectáculo y tenía un motor impresionante, llegaba a 312 kilómetros por hora a la Chicana de Ascari. También en el Autódromo, otro gran auto fue el Alfa Romeo 33TT3 (fue 9°) en la edición de 1972 y el Porsche 908/02 de 1970 (terminó 5°). Fue una época que no va a volver, con fechas por Campeonato Mundial de Endurance (hoy WEC). Venían diez o quince autos para alquilar de los equipos internacionales y en ese momento acá había plata para poder hacerlo. A mí siempre me guió Juan Manuel Fangio quien me hizo todos los contactos”.

Carlos Pairetti habla sobre el Trueno Naranja. Nota realizada en 2009

Carlos Alberto Pairetti falleció el 26 de septiembre de 2022. En el TC logró 22 victorias. Ganó con cuatro marcas, Chevrolet, Ford, Dodge (con un modelo 1500) y le dio el único triunfo a Volvo en la especialidad, en la Semana de la Velocidad de 1965 en Villa Carlos Paz. Fue uno de los primeros en ser un corredor contratado por una terminal. Su profesionalismo lo llevó a cambiar de Chevrolet a Ford de la noche a la mañana. Como si un futbolista pasara de Boca a River. En pocos años trascendido a lo deportivo y fue pionero en ser la cara visible de diversos productos. Un verdadero rock star del deporte nacional de hace 50 años. Hasta protagonizó una película llamada Piloto de Pruebas. También fue el único argentino en correr las Indy 300 de Rafaela, el 28 de febrero de 1971, la única vez que la IndyCar corrió en nuestro país. Además, compitió en Sport Prototipo, Fórmula 1 Mecánica Argentina y hasta creó una categoría, el extinto Club Argentino de Pilotos, en 1982.

Fue tal la revolución y el furor generados por el Trueno Naranja que dio lugar a la creación de una categoría exclusiva para esa clase de coches “pura sangre”, es decir, concebidos para correr. Se trató del Sport Prototipo Argentino (hay quienes afirman que fue la mejor categoría argentina), que duró poco más de tres años entre 1969 y parte de 1973, cuando fue dada de baja por la CDA del ACA debido a los pocos autos que se presentaban en su epílogo porque eran muy caros.

El Trueno Naranja dejó su sello en una época en la que los preparadores argentinos echaron a volar su imaginación y cristalizaron autos con diseños futuristas. Potenció el marco de ciencia ficción en un automovilismo que parecía de otro planeta. Que además de asombrar por sus formas también ganaron carreras y fueron campeones. Esto produjo una fiebre sin igual en años en que todo era posible y que la revolución técnica podía combinarse con el éxito deportivo.

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